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miércoles, 28 de abril de 2010

EL CABALLERO DE LA TIERRA DE LOS TORBEROS

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Un caballero cabalgaba solitario por las tierras de su reino, recorría caminos entre montes, bordeaba el arroyo de aguas verdes, cuando se encontró con la flor del los sueños.


Cuenta la historia

Antes que ellos llegaran a esas tierras, todo era tristeza, el sol siempre estaba escondido detrás de inmensas nubes negras y las veces que salía, no tenía fuerzas para calentar el día, por las noches el viento soplaba tan fuerte y frío que nada podía crecer
Eran habitadas por los Torberos, una tribu muy pequeña y con muchos niños que jugaban entre las rocas y nadaban en el arrollo de aguas verdes, menos, una niña que siempre estaba solita sentada en la cima de un monte observando.
Un día el brujo de la tribu se le acerco y le pregunto – por qué no estas con todos los chicos jugando- y ella le respondió que prefería esperar al duende que venia a tomar del agua que caía de entre las gritas de la montaña y charlar con él, el brujo la miro y le dijo -que imaginación tienes- y se rió, -dile a tu amigo que nos gustaría conocerlo- - se lo diré-

En una de esas charlar con el duende se lo comento y él le respondió.
-No quiero conocerlos, tú eres mi amiga y eso me basta, tú me aceptaste como soy, sin preguntar nada, sin risas, sin burlas, ellos se reirían de mí, de mis orejas, de mi color de mis pies, no quiero, pero dile gracias-
Pasaron los años y el duende y la niña seguían su amistad, solo que la niña iba envejeciendo y ya se le hacia costoso subir hasta el monte.
Un día, el duendo llego y ella no estaba, se asusto mucho y sin importarle que se burlaran de él, bajo del monte y fue preguntando por ella a cada una de los que veía, nadie sabía decirle que le había pasado y lo miraban riéndose
Triste, regreso al lugar donde siempre se reunían. Ya muy entrada la noche, la vio recostada sobre una roca, se acerco y le dijo -qué te pasa- ella le respondió- tengo frío y mucho sueño, estoy cansada, pero mi tristeza es mayor cuando pienso que partiré y dejaré de verte, no quiero separarme de ti. El duende, que no sabía lo que era una lagrima, tomo una que corría por el rostro de la mujer y se la coloco en la boca.
Cuentan que desde lejos se vio la luz, todo se ilumino de tal forma que parecía de día y de golpe todo fue oscuro nuevamente.
Corrieron hasta el lugar de donde había salido esa luz, lo único que encontraron fue una extraña flor multicolor con unas hojas muy raras he inmensas que rodeaba una roca
Dicen, que el amor que se tenían hizo que unieran sus almas y de esa unión nació la flor de los sueños, también se cuenta que en las noches se los ve entre los montes y que si les pides un deseo, ese se cumple



Todos tenemos una flor multicolor que se cumplan sus deseos


Seguiré contando historias del Caballero de las tierras de los Torberos

2 comentarios:

Abuela Ciber dijo...

Precioso lo que has compartido.

Creo que todos tenemos un sueño acunado con hondos sentires, en espera de .....lograrlo.

Cariños

Luz_ de_Luna dijo...

Eso creo Abu, todos necesitamos tener un sueño un deseo a cumplir para que la vida se nos haga mas bella aún.
Besos a su corazón
Monica